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19:30 y el subir achoclonados y reclamando por los empujones era lo que todos nos esperábamos de esa tarde de metro en Santiago, hasta que la vida nos sorprendió (al parecer a más de uno). Comenzaban unos tímidos acordes a mezclarse con el vaivén del vagón y El gran varon comenzó a sonar, unos músicos la raja cambiaban el ambiente. Y ahí estaban ellos, con una complicidad mayor a la que solo una amistad te puede dar (yo sí pude reconocer eso, porque también he estado ahí), ellos se miraron y en sus caras se reflejó la felicidad de haber encontrado la excusa perfecta para poder acercarse más. Éramos espectadores de uno de esos momentos cargados de tensión amoroso/ sexual que el ser humano a veces experimenta, me sentí bakan de poder presenciarlo. Sus miradas coquetas, casi en llamas, pero al parecer algo les impedía demostrarlo y a ratos ponían dulzura y timidez, se acercaban de a poco, un matrimonio, una herida, qué se shó (todos alguna vez hemos tenido una traba para disfrutar de algo). Quien dio el primer paso fue ella, se pegó a su pecho y con una casi imperceptible respiración agitada comenzó a mezclar el vaivén del carro a la música y fue todo rítmico, la conversación ya no existía o de hacerlo no era con palabras, ambos cuerpos buscaban pegarse y bailar, tocarse... o quizás algo más, los casi 7 minutos de la salsa en el metro nos mantuvieron a varios esperando un desenlace explosivo, pero no fue así.

La música terminó, los músicos pedían con un sombrero dinero y los ruidos incómodos del metro volvieron, Estación Pedro de Valdivia anunciaba el conductor, él la abrazó tiernamente, se miraron dulce otra vez mientras se deseaban el bien, ella bajó corriendo (como escapando del momento), él se puso sus audífonos y supongo que volvió a su mundo, quizás el rock explotaba en sus oídos y su vida entera lo traía de vuelta a la "realidad".

Me bajé en Tobalaba y yo también volví a "la realidad", otra vez era apretujada y empujada, mi mirada volvió a pegarse a la pantalla de mi smartphone, todos volvimos a ser robots. 

(Espero que todos ese día hayamos llegado a ponerle la pasión de esos dos a nuestra propia historia, de verdad)

Yo no puedo no vivir mis cumbias, no puedo guardarme la cara de culo cuando algo me desagrada, ni evitar quedarme muda cuando me duele el corazón y solo quiero llorar (porque siento que un leve puchero me delatará y terminaré sollozando a lo Chilindrina).  No puedo callarme los te amo, los techodemenos  ni los ven a follarme, tampoco evitar besar apasionada cuando estoy en público, me es imposible no pasar mi mano tierna por su cara mientras me habla de lo mierda que estuvo la pega hoy... No puedo no ser intensa y dramática en todo porque así me siento viva, no puedo vivir una vida plana y cautelosa porque todo me ha demostrado que las historias se acaban, siempre se acaba y no quiero arrepentirme por no haber hecho o dicho lo que quería en el presente, cuando estaban los oídos para escucharme o los brazos para acurrucarme.
No puedo evitar vivir la rabia como una tempestad, la pena como el día más gris de la vida ni la felicidad como algo exageradamente maravilloso, como tampoco puedo evitar pasar de una emoción a otra en cosa de segundos...

Hay un montón de cosas que no puedo evitar, esta soy yo, así me acepté y abracé al fin, aprendí a reconocerme en cada estado, a abrazarme en los amargos y a toquetearme y gritar locamente en los dulces.

Estos es lo que peso, es mi parte en la balanza...

No nos hagamos los longis, cuando le decimos a alguien que no queremos tener una relación, en verdad lo que queremos decir es "no quiero tener una relación contigo", es como cuando decíamos la estúpida frase del "no eres tú, soy yo", pero una versión más hipster y libre.

Hoy estoy enchuchá, cabreá, porque así como alguna vez usé el argumento, también conmigo lo han usado, pero en verdad lo que me enchuchá no es que la gente no quiera tener una relación, eso es totalmente valido (yo durante algunos años he hecho de todo para arruinar mi vida amorosa; tener relaciones clandestinas sin futuro o simplemente dejarme cautivar por los poli amores seudo modernos), lo que me molesta es que exista el argumento cuando con la otra persona ya llevas meses de cursilerías innecesarias que hacen pensar erróneamente al otro que sí estas en la misma pará... 

Me explico:
Susanita y Carlos se conocieron en un carrete X, hicieron match de inmediato, cacharon la misma noche que eran compatibles intelectual y sexualmente, que les gustaba el cine arte, que amaban comer pizza a cada segundo y que odiaban a los animalistas, pasaron los siguientes 7 mese juntándose cada fin de semana a compartir su agradable gusto por no ponerse ropa, fumar yerba (bajonear) y tirar viendo todas las temporadas de HIMYM, iban a algunos carretes juntos y hasta unas mini vacaciones tuvieron en Puerto Montt cuando Lan lanzó eso de los viajes lougcost, todo iba la raja hasta que a Carlitos se le ocurrió preguntarle a Susan si le tincaba que fueran "al siguiente nivel", ella muy compuesta y educadamente respondió con un agradable "lo pactamos desde un comienzo, no buscamos tener una relación" (como si conocerse el sabor de sus fluidos besos y pasar días y noches eternas contándose la vida durante meses no era tener una relación. Obviamente Carlos se guardó todos los argumentos y dijo " ah ya poh, verdá, sorry por la propuesta weona" (mientras el corazón se le re partía en 5 pedazos). Luego de eso las eternas conversaciones de wasap fueron acortándose cada vez más y los fds en pelota desaparecieron por completo. La semana pasada me la encontré en un bar, y me presentó a su pololo (llevaban 1 semana de pololeo y se habían conocido por Tinder), no quise contárselo aun a Carlos (que sí, es mi amigo), me dio lata, por eso volví a mi blog, para contarle por aquí que no era que ella no quería una relación seria, era que ella no fue lo suficientemente valiente pa decirle que no quería tener una relación con ÉL (inserte emoticón de corazón partido).