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Y la inspiración volvió

Una vez me enamoré de un hombre con barba y ojitos de piscina, era maravilloso y me regaloneaba con salidas, comida y sexo de ese rico, pero estaba casado así que tuve que salir corriendo y desenamorarme en el camino. Luego me enamoré de otro barbón, con ojitos chinitos y pelo largo (que después cortó a la moda), él me acompañaba a conciertos de cumbia, le gustaba la palta igual que a mi y me agradecía las noches de lujuria que le daba con unas ricas tostadas con huevos revueltos al desayuno, pero un día descubrí que tenía un perfil activo en Tinder con fotos que yo le había tomado así que, como antes, corrí (a paso de tortuga por si quería perseguirme) (me gustaba harto) y me desenamoré... Luego conocí a otro hombre con barba, pero con barba cortita de esa que duele y enroncha, me llevaba a todas partes y era muy generoso conmigo, pero no le gustaba la palta ni hacer huevos revueltos al desayuno así que no le di ni besos ni noches de lujuria y antes de salir corriendo desenamorada mejor decidí darme noches placenteras sola, dejar la cumbia y preparar mis propios huevos revueltos al desayuno, así no alcancé a enamorarme y descubrí que vivía más tranquila y que en mi paz podía escribir nuevamente. 
Y así es como he vuelto a escribir, inspirada y sin barbas que puedan hacerme perder la cordura.
HE VUELTO!

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2 comentarios:

jonathan dijo...

Qué genial que hayas vuelto, mi gurú! Algo tienen los hombres con barba...

Mica dijo...

Hola Milagrosa jajaj que buena que tengas blog, quería seguirte desde el mío pero no encontré la opción. Leí un par de historias, Rojo Intenso me gustó harto. Hay otras que mi alma virginal aún está procesando jajaj naaa Un abrazo, nos leemos y vemos <3

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