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Bienvenida Paz :)

No sé si a ustedes les pasa, pero en mi caso, al terminar una relación seria me aweono creando una lista de cosas que, a modo de defensa, me prohíben hacer tal o cual acción, y le prohíbo al resto tener cumplidos conmigo y eso, ESO guachi es de puro mariquita que soy, y porque la verdad no creo que este muy firmemente parada para soportar otra vez la carga emocional de volver a sentir mariposas en el estomago.


Llevo 2 años en esas listas de PROHIBIDO, 2 años en que de a poco he ido soltándome otra vez y de esa soltura gracias a jebus he disfrutado y no me he arrepentido, gran merito tiene aquí el haber querido disfrutar del poli amor y encontrarme en el camino con el difunto Ojitos de Piscina que me seguía la idea como en un guión de comedia romántica, me sirvió también que gracias a esa "libertad" pude seguir saliendo con cuanto chiquillo he querido y me propuse solo pasarlo bien, por ende me la he llevado de cita en cita (nada más cachilupi), sólo gozando, riéndome, besuqueando, abrazando y weviando en definitiva.

Pero tal como no podemos aguantar los gases en nuestra guata luego de habernos zampado un plato de porotos  granados y ensalada a la chilena, tampoco podemos aguantar mucho las ganas de ser nosotros mismos y dejarnos regalonear sin tener las alertas y alarmas a las 05:00 am para escapar con el cuento del "tengo cosas que hacer temprano". Y el otro día, sin querer queriendo, descubrí que cuando sonó mi alarma de escape la apagué porque estaba en una cama muy cómoda, donde unos brazos fuertes me tenían abrazada, y no me incomodó el momento, obvio me paré como es de costumbre al baño porque el maldito relojito estomacal (aunque a estas alturas ya pienso que es de puro weviá que soy) me apretaba las tripas, pero luego de meditar sentada en la taza con mis pequeños pies pisando las refrescantes baldosas, decidí volver a dormir (en verdad no fue eso lo que hice), pero sí volver a esa cama y quedarme ahí hasta que nos diera hipo culiando durmiendo. Me quedé hasta un poco después del desayuno, disfrute de los huevos revueltos, los besos entre la conversación y me sentí privilegiada al poder experimentar sin miedos el levantar la mesa y tener conversaciones sin trasfondos rolleros, el poder conversar mostrando esa cara de culo horrible que traíamos luego de una alocada noche de juerga, dudé eso sí, en cual era el momento adecuado para retirar mis pompas de ese lugar (yo encantada me quedaba a comer porque pucha que cocina rico el dueño de casa), pero no podía ser tan patúa, además en la vida de hoy todos corremos porque debemos cumplir con otros compromisos y yo tenía un asado de ex compañeros y él grababa un video o algo así con sus amigos músicos (la verdad es que aún no tengo claro eso de su música porque soy ultra volá y si alguien me lo contó yo ya lo olvidé). 

De camino a mi casa no tuve miedos ni ilusiones, sólo disfruté del lluvioso sábado de noviembre, no temí que no me pescaran nunca más por ir a encamarme en la segunda cita (aunque a estas alturas de la vida esa weá da lo mismo), no me ilusioné con que era el INDICANDO, porque no me interesa que sea ese olvidado personaje. Sólo me relajé, solté mis gases emocionales y agradecí al Universo que por fin puedo dormir hasta el otro día en una cama ajena sin sentir culpas y puedo dejar ir los momentos sin querer atesorar a las personas en ellos.

Y el poli amor?... ya ni sé si estoy con tanta energía y tan dispersa, sólo sé que quiero estar en paz conmigo y sin prohibirme bellos y tranquilos momentos.




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1 comentarios:

Mana dijo...

Cuidado mani, cuídate...
TAM <3

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